Prince Rainier Grimaldi



Son Altesse Sérénissime le Prince Rainier III

Wednesday, April 13, 2005


Alguien auguró que Grace Kelly, si se casaba con Rainiero de Mónaco, sería una "alteza fría". Fueron palabras dichas por Brigitte Bardot en el Festival de Cannes. De ahí que la imagen de Grace (según Hitchkock, que tambíén era una persona afable, Grace era "un iceberg a punto de explotar") pudo haber sido descrita como fría. Sin embargo ello no era así. Se decía que cuando Grace entraba en una sala, la sala era Grace, y hacía sentir a gusto a cuantos también estaban en ella. Su distinción y elegancia (a veces muy al estilo británico) podían parecer darle un aire distante. Pero Grace era menos peligrosa que la punta del iceberg del Titanic.
En la escena de la película donde Grace aparece con Cary Grant, conduciendo en un coche con la "roca" de Mónaco de fondo, Cary le dice a Grace: "En el fondo has venido a Europa para casarte". Palabras premonitorias que Grace escuchaba como parte del guión de la película de Hitchcock. Un año más tarde, en el festival de Cannes, de 1955, Grace Kelly era ya una actriz famosa. En aquel momento no debería encontrarse en Cannes por ciertos acuerdos con la Metro Goldwyn Mayer. Se sentía un poco deprimida y aburrida. Las cosas no pasaban como ella esperaba. Fue entonces cuando unos amigos le propusieron presentarla al Príncipe Rainiero, y tomarles unas fotos en el palacio. Nada imporante en realidad. Simplemente las cosas que se hacían en muchos lugares cuando actores famosos los visitaban. Sobre Rainiero se sabía que había terminado una relación con la actriz francesa Giselle Pascale. Los monegascos no vieron bien esta relación. Decían que una actriz no debería casarse con un príncipe. Giselle había hecho un papel en el teatro con la obra "Monseñor", que así es como era tratado el Príncipe.
Grace se encontraba en el Hotel Carlton. Le dijeron que fuese a conocer a Rainiero. Ella se preguntaba si él hablaba o no el francés.No sabía ni quién era el príncipe. Sólo conocía Montecarlo por su aspecto turístico. Cuando Grace se dispone a vestirse de acuerdo con la visita, una huelga en el Hotel Carlton hace que la electricidad sea desconectada del Hotel. Ni siquiera pudo secarse el pelo ni plancharse el vestido que llevó luego. En estas condiciones, con el pelo mojado y un vestido arrugado de grandes flores (Grace recordaba el día diciendo que "parecía una pera") fue a visitar el Palacio en un coche modesto acompañada de un fotógrafo, Edward Quinn. Luego se cambió a otro coche, descapotable y Grace fué la que quiso conducirlo. Llegó a las dos menos cuarto A Mónaco con mucha hambre. Al pasar por el Hotel de París pidió que le comprasen un sandwich. Llegó a las tres menos cinco al Palacio. El fotógrafo notó que tanto Grace como Rainiero estaban tímidos (en la fotografía puede apreciarse). Rainiero llegó con uno de sus coches deportivos, con sus gafas de sol (ya en aquella época su colección de coches era bastante importante) y Grace estaba muy intimidada y pensaba que a cualquier momento su cabello mojado que había recogido en forma de moño se caería y todo sería recordado como un encuentro ridículo. Ni siquiera llevaba sombrero ni bolso, se había olvidado completamente. Y es que al ver a un miembro de la realeza, y en aquel tiempo, las damas llevaban sombrero y bolso. El fotógrafo recordaría cómo tanto uno como otro se miraban las puntas de los pies, pues era tal la timidez que ambos sentían. Tras la sesión de fotos en el recinto, Rainier pidió que los dejasen solos y la llevó a ver su zoo personal. Los flashes, decía, podrían poner nerviosos a los animales. En aquel momento el idilio empezó. Pero ni los fotógrafos pensaban que el encuentro llegaría a tan grandes proporciones como el matrimonió que se celebró después.

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